El regreso de la genio de las matemáticas... con «saragüells» de teatro bajo el brazo

Fallas, ciencia, teatro... forman el revoltillo que modela el perfil de Claudia Ausina. Vamos por partes. «Soy Técnico en un Laboratorio de investigación de Energías Renovables en la Universidad, en Dremap». Pero hay que interrumpir porque en lo fallero fue corte infantil en 2012. Y en el Extra de Fallas la ilustramos como una genio de las matemáticas, que había participado incluso en concursos. «Pues sí, en eso quedó la matemática. Iba predestinada desde el principio. Que apuntaba a la ciencia. Estudié Ingeniería Química y después un máster en Química Sostenible enfocada a las Energías Renovables». 

¿Y por qué? «Porque estoy concienciada con el cambio climático. La industria química es contaminante. Sé que no voy a ser la que encuentre la solución definitiva y mágica, pero me gustaría ser parte de ello. Es algo práctico y es el futuro. Es un buen camino para seguir». 

Conoce a las candidatas a Fallera Mayor de València: la historia de cada una

Y un camino altamente especializado. «No, no, desde luego, esto no es genérico. Yo estoy en las Pilas de Combustible de Baja Temperatura, de la que puedes obtener hidrógeno, metanol... sustituciones de las fuentes fósiles». 

¿Y cómo alguien tan de números y ciencias luego se convierte en una especialista en algo tan de letras como el teatro fallero, de leer y aprender guiones? «Seguramente porque todos tenemos distintas facetas. Si, me encanta el teatro y es heredado. Mi tía abuela era actriz, mi hermano es actor profesional...». 

Varias veces galardonada

Varios «saragüells» adornan su vitrina, incluyendo el de mejor actriz secundaria del pasado concurso de Teatre Faller. «La vocación me llegó a través de la corte infantil. Allí me contagió Angels Soler, que ya era actriz infantil reconocida y que ese mismo año ganó el «Saragüell». Y recuerdo que, una vez, una de las actrices de su falla no podía actuar y la directora, que era Amparo Sospedra, dijo «Oye, decírselo a Claudia». Y, sí, debuté en el teatro infantil con la falla Giorgeta. Luego ya en mayores tuvimos ya grupo propio en mi comisión».

Y entre unas cosas y otras, fallera mayor, no vaya a ser que falte algo. En este caso, con emotividad doble. «No tocaba, pero se presentó la oportunidad. Había acabado el máster y antes de hacer el doctorado, pensé que era un buen momento. Pero hay otro motivo: quería serlo porque sabía que eso animaría a mi madre, que lo ha pasado muy mal porque faltó mi padre. Y todo lo que hemos vivido ha sido para ella muy bueno». 

Premio a la constancia de ir y venir cada fin de semana fallero desde Teruel

La «farmacéutica del barrio» en su máxima expresión

Una fallera con el encanto de ser fiel a sus orígenes

Un granero de cortesanas

Claudia es la baza de una comisión modesta, Rubén Darío-Fray Luis Colomer, que es un auténtico granero de cortesanas. Este año, por ejemplo, Matina Dorado. En el caso de Claudia, «de pequeñita era del Mercado Central porque mis padres se apuntaron de jóvenes. Pero con cinco o seis años vimos que era complicado todo el trasiego de ir al centro, aparcar, llevar las cosas, alquilar... y acabamos yendo a la falla del barrio, la de al lado de casa». Fue una de las organizadoras de la Cena de Cortes Infantiles en su edición 2024. El destino y el jurado la pueden convertir en organizadora de otra Cena de Cortes de adultas. Dentro de unos años. Si entre medias pasan cosas.

Ser corte infantil se reivindica en la cena benéfica de 2024

Ver galería

Fin del camino. Las falleras de 2024 y 2025 finalizan la escapada a Ibiza

Ver galería