Un maltratador confiesa haber secuestrado a su expareja y haberle rapado la cabeza con la ayuda de su madre

Una petición de pena de trece años de cárcel por una larga lista de delitos cometidos contra la que había sido su pareja, a quien secuestró tras allanar su vivienda y quebrantar la orden de alejamiento, agredió y amenazó con un cuchillo, e incluso rapó parte de la cabeza con una maquinilla eléctrica, se ha saldado con penas para el maltratador que apenas alcanzan los tres años y medio de prisión y trabajos en beneficio de la comunidad.

El acuerdo alcanzado entre el Ministerio Fiscal y la defensa, ejercida por el letrado Vicente Ribera, antes de formar el jurado popular, ha propiciado esta importante rebaja en las penas. Asimismo, en el caso de la madre del principal encausado, que también se enfrentaba a cinco años de cárcel, la mujer ha aceptado una pena de dos años y medio de prisión.

Los hechos se remontan al 5 de noviembre de 2022 cuando el acusado, de 26 años, siendo plenamente consciente de la orden de alejamiento dictada por el Juzgado número cuatro de Sueca, que le prohibía aproximarse a menos de mil metros de su expareja, acudió a medianoche a su lugar de trabajo, un salón de juegos de Canals. Mediante la fuerza la sacó del local, donde le esperaba un vehículo, y se la llevó hasta su domicilio, en la localidad de Alberic. Allí la dejó y se marchó de fiesta, no sin antes amenazarla: “Me voy, más vale que estés aquí cuando vuelva”.

Según los hechos reconocidos por el propio acusado, cuando regresó a las cinco de la madrugada y vio que no estaba, ya que la víctima había huido a un domicilio que compartía con dos amigas, el ahora condenado se fue a por ella, y mientras la joven estaba durmiendo, allanó la vivienda portando un cuchillo en la mano. “Te vas a enterar, te voy a rapar la cabeza”, la amenazó.

La madre también condenada como cooperadora

Fuera le esperaba su madre con el vehículo preparado, quien también ha sido condenada como cooperadora necesaria de los delitos de detención ilegal y contra la integridad moral. La agredida pidió ayuda a su ex suegra, al temer por su vida, pero la dejó desamparada y en grave peligro con su hijo.

Una vez en el domicilio del acusado, en Alberic, subió a su víctima al piso y mientras la insultaba llamándola "puta", le propinó puñetazos y afeitó la cabeza con una máquina eléctrica. En ese momento los agentes de la Guardia Civil acudieron al rescate de la mujer y procedieron a su detención.

Tras el acuerdo de conformidad, logrado por el abogado que planteaba una posible nulidad de las actuaciones, la Audiencia Provincial de Valencia le impone tres años y medio de prisión por los delitos e quebrantamiento, allanamiento de morada y contra la integridad moral, así como 18 años de alejamiento respecto de su víctima por estos mismos delitos, la detención ilegal y las lesiones. Mientras que por los delitos de coacciones y maltrato se le condena solo a 160 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Además, el condenado podrá eludir ingresar en prisión al haber negociado la suspensión de la ejecución de las penas de cárcel, al ser inferiores a los dos años, pese a apreciar la agravante de reincidencia en el delito de quebrantamiento.