Mestalla resucita al Valencia (2-0)

LaLiga no espera a nadie y el Valencia estaba obligado a reaccionar si no quería seguir complicándose la vida. Con Mestalla como motor principal y unos jugadores que lo dieron todo sobre el verde, el equipo de Rubén Baraja dominó al Girona con una versión muy sólida en defensa y tan efectiva como afortunada en ataque para sumar el primer triunfo del curso. Una victoria con más valor que tres puntos, pues sirve para recuperar pulso, vida y dar un golpe encima de la mesa. El Valencia del Pipo ya está aquí.

Con la lección aprendida tras el bochorno en el Cívitas Metropolitano, una de las consignas era entrar al partido con el nivel de concentración al máximo para evitar que un rival superior se hiciera con el control nada más empezar. Sin demasiado ímpetu ni alardes ofensivos, el Valencia consiguió, por lo menos, que el Girona no se sintiera cómodo con balón y sufriera para generar acciones de peligro. Alguna carrera de Danjuma o Asprilla por las bandas puso en sobreaviso a los de Rubén Baraja, pero tanto la defensa como Mamardashvili en los balones aéreos estuvieron sólidos y resolvieron cada acercamiento del conjunto de Míchel, que introdujo hasta ocho cambios respecto al partido de Champions contra el PSG.

Corría el crono de la primera mitad y si hubo un equipo que cambió el ritmo en busca del gol fue el Valencia. Thierry y Diego López encontraban cada vez más espacios por las bandas. De hecho, el asturiano tuvo en sus botas un centro prácticamente desde dentro del área que pudo haber sido muy peligroso si no le hubiera salida directo a las manos de Gazzaniga. El uruguayo llegaba al partido necesitado de confianza tras el error que condenó al Girona en el Parque de los Príncipes de París pero, lejos de asumir menos riesgos, siguió jugando con fuego y a punto estuvo de regalarle el 1-0 a Dani Gómez en una acción en la que se durmió demasiado con el balón en los pies.

Llegaba la recta final del primer acto y el Valencia ya no sufría lo más mínimo. El equipo seguía avisando. Javi Guerra cerca estuvo de controlar un buen balón de Diego López dentro del área. El 'guajín', de los más activos, encontró una gran posición de disparo al rechace de una acción a balón parado, pero el balón se marchó alto. Ocasiones, no clarísimas, pero sí lo suficientemente importantes para indicar que quien mandaba era el equipo vestido de blanquiengro, aunque sin acierto. Sin sustos grandes en defensa y con el Giron deseando el descanso, Hernández Hernández mandó jugadores a vestuarios.

Tras un susto inicial que resolvió Thierry con solvencia, el guion de la segunda parte no cambió y el Valencia siguió con el mando del partido, poniendo en apuros a la defensa del Girona. Rioja tardó poco en demostrar que arrancaba la segunda mitad con una marcha más. De sus botas nació el primer aviso tras ganar línea de fondo con un recorte y servir un balón peligroso al primer palo que Dani Gómez remató desviado.

Éxtasis en dos minutos

Fue el primer aviso tras el descanso y el último antes del primer gol del partido. El Valencia encontró mucho espacio en campo rival y el balón cayó en las botas de Luis Rioja que, lejos de pensárselo dos veces, disparó con potencia y, sobre todo, con la fortuna de que el balón golpeó en Juanpe y terminó en el fondo de las mallas. 1-0, Mestalla en pie y, sin tiempo casi para sentarse, turno para celebrar el 2-0. Además, en una jugada idéntica. Esta vez propiciada por un robo de balón tras una buena presión. El esférico cayó en las botas de Dani Gómez, que probó fortuna y su disparo, de nuevo desviado por Juanpe, sorprendió a Gazzaniga. Dos goles en dos minutos, dos estrenos en dos minutos y éxtasis en la afición que ya fantaseaba con los tres puntos.

Se abrió un nuevo escenario con la doble ventaja en el marcador. El Girona se vio obligado a dar uno o varios pasos adelante y eso fue lo que hizo. En un tramo crítico apareció Mamardashvili, casi sin trabajo hasta ese momento, para salvar al Valencia. El georgiano se estiró todo lo que pudo para sacar un remate de cabeza que parecía irse para dentro. El Girona se hizo con el control de balón por completo, pero la realidad es que no inquietaba demasiado a un Valencia que esperaba resguardado a la contra. Baraja movió el banquillo para darle aire fresco a su equipo, condenado a jugar sin balón en los minutos restantes del choque.

Sobresaliente el trabajo del Valencia en los minutos finales, sujetando los acercamientos del Girona sin apenas sufrimiento. El equipo cerró filas y Mamardashvili apenas sufrió. Con balón, el equipo manejó los tempos y se comportó como un equipo maduro. Tiempo cumplido, victoria y tres puntos no, puntazos para un Valencia que, tras cinco jornadas ausente, comparece en LaLiga alentado por un Mestalla que fue clave para la primera alegría de la temporada.