La plantilla se conjura contra la crisis

Comida anticrisis. Rubén Baraja y su plantilla se reunieron después del entrenamiento de ayer en torno a una mesa de un restaurante de Bétera para cerrar filas, reforzar la idea de equipo y superar el decepcionante arranque de la temporada desde la unión, el compromiso y el trabajo de todos.

La totalidad del cuerpo técnico y los jugadores compartieron mesa y mantel en un intento de cambiar de aires lejos de la ciudad deportiva de Paterna, despejar las cabezas de este joven vestuario y oxigenar el ambiente enrarecido durante las últimas semanas por los malos resultados y las secuelas del caso Rafa Mir.

Cambio de chip

El Pipo no ha perdido la confianza en su equipo. Al revés. Cree en la profesionalidad del grupo y está convencido de que la comida puede servir para buscar el cambio de chip que tanto necesita su joven plantilla. Baraja lo tiene claro: estrechar lazos, limar asperezas y estar más juntos que nunca en estos momentos difíciles de la temporada es el único camino para frenar la caída libre del equipo y levantar el vuelo. Cambiar el rumbo de la temporada es la «responsabilidad de todos».

El técnico lleva trabajando en esa dirección desde hace tiempo. Por ello ha mantenido diversas reuniones con su plantilla durante los últimos días a raíz del caso Rafa Mir y la sonrojante goleada del contra el Atlético de Madrid. El Pipo pidió la semana pasada, una vez abierto el expediente disciplinario al delantero, responsabilidad al grupo con la delicada situación del equipo y concentración máxima para poner los cinco sentidos en el fútbol sin que el ruido del caso Mir no suponga más distracciones ni problemas internos.

El técnico necesita que sus jugadores vayan todos a una. Hasta Rafa Mir. De hecho, el delantero murciano estuvo presente en la comida de equipo a pesar de la sanción deportiva que todavía arrastra apartado de los entrenamientos y la competición (tampoco jugará el sábado contra el Girona).  

La comida de ayer es un intento de recuperar la normalidad y devolver las aguas a su cauce con un triple objetivo: exigencia, ambición y trabajo para romper la racha de 1 de 15 puntos y salir de los puestos de descenso a Segunda División cuanto antes desde la unidad del grupo.

La conjura de Bétera no es casualidad. El entrenador ya hizo una declaración de intenciones durante su primera rueda de prensa después de la detención de Rafa Mir por presunta agresión sexual. «Nosotros tenemos que fortalecernos hacia adentro. Nuestra fortaleza está en el grupo». El Pipo está en ello.

Hora de hacer autocrítica

Baraja y los jugadores también han hecho autocrítica deportiva durante los últimos días en clave interna. La abultada derrota a manos del Atlético dolió por las formas. El cuerpo técnico entiende que el equipo, más allá de lo estrictamente deportivo, se rindió y se dejó ir antes del 3-0. Los jugadores han entonado el ‘mea culpa’ y se han comprometido esta semana a recuperar las señas de identidad de la temporada pasada para que no hayan más episodios como el del Cívitas Metropolitano. Se pueden perder partidos, pero nunca así.

La comida de ayer es la antesala del doble compromiso liguero que el Valencia tendrá en Mestalla los próximos días contra el Girona (sábado) y frente a Osasuna (martes) en jornada intersemanal. El equipo es el colista y está obligado a dar un paso adelante para salir de los puestos de descenso. Conjura y unión. Es el único camino posible. n